La Vida LocaDirector: Christian Póveda
Organización Preestablecida
Detrás de los tatuajes que cubren los cuerpos de los pandilleros juveniles, existe una sofisticada estructura organizativa y jerárquica que rige a las "maras", para profesar su propia religión: "vivir la vida loca".
No cuentan con líderes únicos e indiscutibles que orienten su accionar, y tampoco profesan adoración o respeto a ningún "dios todo poderoso", pero sí conducen su existencia bajo una filosofía cuyo principal fundamento es el desprecio a la vida... a la propia y a la de los demás.
Jerarquía Inquebrantable
Las maras gozan de un organigrama y una estructura perfectamente trazados y del que carecen los propios gobiernos nacionales. La expresión máxima de su organización es el 'programa', que abarca al conjunto de 'clicas' o pandillas de barrio. La figura clave sería 'el corredor', designado para coordinar y conducir la 'clica', por sus muestras de honor, disciplina y coraje. Éste sería el encargado de dar la orden de actuar a los miembros activos: 'hommeboys' y 'hommegirls'. Los miembros pasivos serían aquellos que, por su trayectoria de violencia y aporte a la actividad delictiva, tienen la confianza necesaria para gozar de una autorización que les permite realizar su vida de una forma productiva y en familia fuera de la pandilla.
Y, por si hicieran falta, están los aspirantes, jóvenes en proceso de ingreso y con una comunicación directa con la 'clica' de su comunidad, colaborando en actividades ilícitas y en calidad de observador en homicidios. Los simpatizantes se identifican con las pandillas pero no están en el proceso de ingreso; su comunicación con ellas es indirecta.
Como en toda organización sustentada en la fuerza, en la base de la mara está la parte más débil. Se trata de las mascotas, «niños que no tienen la atención de sus padres y casi siempre viven en situación de extrema pobreza»; juegan un papel importante en la ejecución de las actividades delictivas de las pandillas, infiltrándose en lugares donde no puede acceder un miembro común y traspasando armas y drogas en controles policiales.
También en este nivel se situarían las 'haynas', mujeres que colaboran con las pandillas bien por afinidad familiar, conyugal, amistosa o, en muchos casos, por estar sometidas a manipulación y chantaje. Son utilizadas como 'mulas' para el tráfico de drogas y para la prostitución.
Por último, estarían los 'pesetas', miembros expulsados y condenados a muerte por su propia pandilla, considerados culpables de traición e incumplimiento de reglas internas o acuerdos.
Territorialidad Creciente
Para la maras lo más importante es la territorialidad ya que mientras más territorio más miembros y más es su espacio físico que dominan. Estas cuentan con varios aspectos culturales que les permiten distinguirse de otras maras o pandillas y estas son:
· Normas y Sanciones: tienen claras las reglas de lo que pueden o no hacer dentro de la pandilla.
· Entender la territorialidad, no solo como espacio físico, sino también simbólico.
Los rituales de ingreso son diversos, desde realizar actos delictivos hasta matar a una persona o bien un rival, esto simboliza valor y lealtad al grupo.
Así mismo el lenguaje, tatuajes, vestuario, corte de pelo, grafitos, gestos, etc.
Sistema Financiero Propio y Dinámico
Las maras se involucran en diversas actividades delictivas callejeras como extorsiones, asesinatos, violaciones sexuales, incluso con frecuencia en distribución de drogas, asaltos, etc. Esta sin duda entre todo lo que implica, es una fuente de ingresos para las maras. Sin embargo, no es su única fuente de ingresos, como un ejemplo, en el video muestran un negocio de pan, en el que trabajan ellos mismos y buscan abastecer a la comunidad. Lo interesante es que en este aspecto también se hace evidente que la mara no tiene una conciencia individual, sino colectiva, lo cual se refleja en la forma en la que administran sus finanzas, pues en el momento en que alguien tiene alguna carencia o necesidad, los demás le apoyan. O todos pasan las mismas carencias, no se percibe que unos tengan y que otros pasen angustias, es una especie de socialismo en el que se comparten los recursos de alguna forma “equitativa”. Esto implica que si una persona se debe sacrificar individualmente por el bienestar de la mara, así lo hará.
Método de Reclutamiento Eficiente
La violencia de las maras es brutal, impiadosa, injustificada y, sobre todo, visible. Los jóvenes integrantes de las pandillas viven en la calle, ostentan sus cuerpos tatuados y no ocultan su acceso a las armas o su afición por las drogas. Representan la violencia visible y personificada, pero no debemos olvidar que forman parte de una sociedad con una carga de violencia constante en todos sus estratos: violencia de parte de las autoridades y de la policía, y violencia en la esfera privada: el maltrato a las mujeres y a los niños, el machismo, los roles de género, la discriminación: desde las estructuras de poder hasta las estructuras familiares, todo está traspasado por esta cultura de la violencia.
Son muchos los motivos por los cuales las maras siguen reclutando jóvenes. La mayoría de los jóvenes integrantes de las maras acaban tarde o temprano en la cárcel. Se calcula que cerca del 70% ha cumplido, alguna vez, una condena de prisión (3). La mayor parte por delitos de asalto, maltrato u homicidio. Si bien existen algunas instituciones para la rehabilitación de jóvenes pandilleros, la gran mayoría acaba en las cárceles comunes, donde se los mezcla con delincuentes comunes y con integrantes de las maras rivales. La situación de las cárceles deja mucho que desear: hacinamiento, malas condiciones de sanidad, prisioneros que permanecen meses y hasta años sin juicio y sin sentencia. En las cárceles se reclutan nuevos adeptos a las maras, lo que hace de este castigo una contribución a la espiral de violencia.
El ingreso a la mara asume distintas formas según la región o el país. Una de las ceremonias de iniciación en la Mara Salvatrucha es que el candidato soporte 13 segundos de golpiza. En este ritual llamado "brincamiento" el candidato se debe pelear con tres pandilleros y en algunos casos con cinco. En otros casos debe pasar por un "túnel" formado por "hommies" quienes se encargan del maltrato. Otra de las obligaciones sería matar a un miembro de una organización enemiga.
Cuando se ingresa a la "clica", se ingresa para toda la vida. No está permitido el abandono de la misma, que es considerado como "deserción". Es aceptado, sin embargo, que los jóvenes que pasan los 30 años lentamente vayan alejándose de la actividad delicitiva –"calmarse" o "frenar"-, por lo menos los pocos que tienen la fortuna de no haber terminado en prisión, en el hospital o en el cementerio.
Lenguaje Propio
La maras basan su comunicación desarrollando códigos particulares que generalmente expresan de forma verbal y no verbal, básicamente expresándose a través de:
· El caló
· Grafittis
· Tatuajes
Las maras han creado su lenguaje hasta el punto de no poder ser comprendidos por otros más que por ellos, para la policía esto es un problema porque no saben lo que harán y no pueden decodificar sus mensajes.
Los miembros de la mara salvatrucha se distinguen por tatuajes que cubren el cuerpo y también a menudo cubren la cara, así como el uso de su propio lenguaje de señas. Hablan además de forma particular, creando un caló en él se mezclan palabras de diferentes idiomas. Crean también nuevas palabras llenas de ironía. También, usan graffitis y placazos, para marcar el propio territorio o transmitir determinados mensajes en clave.
Ética (que incluye normas, valores y principios)
Las maras deben entenderse como una variante de la cultura de sobrevivencia de los pobres. Se les ha considerado incluso como una “cultura de la violencia”. Se entiende como “la creación de valores y normas que legitiman y conceden un privilegio al uso de la violencia en cualquier ámbito frente a la sociedad.
Cuando los jóvenes se unen a una pandilla, están convencidos de que viven en un mundo injusto. Entienden su mara como una venganza contra un mundo que les hace daño y piensan que la sociedad no sirve ni a los pobres ni a los jóvenes. Literalmente, no se sienten parte de la sociedad.
Sin embargo, internamente tienen algunas reglas básicas que respetan, tales como:
· No cooperar con la policía
· Hazte cargo de tus propios problemas
· Nunca delates a la pandilla
· Ningún insulto se queda sin respuesta.
· No cometas crímenes en tu propio vecindario
· No metas a personas inocentes, mujeres o niños
· Escuelas, Iglesias Tiendas y Cines son territorio neutral.
Respetan sus reglas y reconocen que su falta, amerita castigo, sin excepción. La traición más grande, es la traición a su mara, y esta es penada con la muerte.
Proceso de Formación de Liderazgo Interno
Dentro de la mara los rangos de superioridad pueden adquirirse a través de:
· Experiencia o antigüedad
· Por su crueldad
· Inteligencia y habilidades
· Por su lealtad a la mara a la que pertenecen
· Abastecer al grupo de víveres, armas, drogas, etc.
· Pagar un crimen o robo por otro compañero
Comunicación e Iconografía
La iconografía de las maras crea un elemento descriptivo que se puede resaltar por medio de la imagen. Al tiempo que permite englobar algunas prácticas sociales. En el caso de las maras y pandillas, ciertamente los signos externos han jugado un papel relevante. Los mareros los mencionan frecuentemente como aspectos diferenciadores entre maras como signos de reconocimiento de los miembros de su grupo y como reconocimiento de los miembros de otros grupos. Posiblemente, estos signos externos también constituyen elementos de resistencia a la descalificación. El sentido de resistencia se expresa a través de la diferenciación, que en lugar de estar oculta se hace presente y plantea una pertenencia asumida ante otros grupos y ante la comunidad que los rodea. De esta manera, el estilo o uniforme funciona como identificador del grupo y por lo tanto, se lleva en todo momento y en cualquier lugar, mostrando su pertenencia en su vida cotidiana.
Asimismo, el tatuaje tiene funciones de identificación y de estatus dentro del grupo. No existe
total libertad para dibujarse tatuajes. Por el contrario, el tatuaje desempeña diferentes funciones, entre ellas, distingue el cargo o mando del pandillero, y depende de la tarea que haya realizado. Los tatuajes deben ser ganados a través de actos que se realizan en beneficio de las pandillas. En este sentido, los tatuajes pueden considerarse biografías de la vida de los mareros y pandilleros, como cicatrices o marcas de los eventos realizados en los cuales se expuso la vida del individuo en nombre del colectivo.
De manera similar, utilizan el grafitti, con el cual delimitan su territorio y plasman mensajes claros para otras maras o pandillas.
Sistema de Inteligencia Eficiente
El sistema de inteligencia de las maras se basa en el respeto de sus jerarquías y en un sistema fluido de comunicación, que permite a todos sus integrantes conocer claramente los principios y fin último de la mara, así como los castigos por su no cumplimiento. Esto genera grupos altamente cohesionados en los que inclusive se anula la conciencia individual, adoptando una colectiva en la que sus miembros están dispuestos a dar la vida por su mara y el logro de sus objetivos grupales. Las maras como hemos analizado anteriormente, están estructuradas y organizadas de tal forma que les permite operar eficientemente dentro de sus principios y creencias.Logística y Estrategia
La mara es “como una hermandad”, o como una secta religiosa en la que se les hace creer a sus integrantes que formar parte de ella los hace ser “diferentes” al resto de la sociedad. Por lo que generan su propia forma de vida y por ende, su propia forma de operar, la cual es respetada por todos sus integrantes creando un sistema de identificación y pertenencia que solidifica a sus miembros y les permite actuar conforme a sus creencias como una gran familia, desde su punto de vista.
